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Mañana se va a celebrar una Misa por el alma de un gran hombre. Un hombre sencillo que repartía pan con una moto scooter y un remolque desde las siete de la mañana. Un padre de familia que hizo de su trabajo la forma de salir adelante y crear una gran empresa para que a sus hijos no les faltara el trabajo. Un hombre que viajaba por la vieja carretera de Alfacar en su moto Iso scooter después del trabajo del día para ver a su madre y al que en muchas ocasiones lo acompañé porque le decía su querida mujer Margarita "llévate al Enrique". Bajábamos a veces por esa carretera sin asfaltar y lloviendo. Subíamos en verano a la Ciudad de los Niños en el Barrio de Monachil a llevar un remolque lleno de pan. Repartíamos toda la mañana. Desde el Salón a la Chana, pasando por la calle Recogidas, calle Real de Cartuja y así la ciudad de norte a sur y de este a oeste. Los domingos -antes del reparto- (porque hubo un tiempo que también se repartía los domingos), accedíamos por la Sacristía de Santo Domingo a oír Misa. Mañana sus hijos ofrecen una Misa por el eterno descanso de su alma.
DEP Juan Ontiveros Rojas que fue mi primer jefe desde la Navidad de 1959 hasta los primeros días de 1962. Y junto a él, un recuerdo también al que fue su cuñado, excelente empresario y buena persona, Ramón Martínez Ontiveros, que falleció muy joven siendo dueño de la Panadería Santo Domingo en la Calle Aguado.
Magnífico recuerdo de estas grandes personas.
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