Corrían los años 50 y 60. ¿Pensar que el verano era
aburrido en el pueblo? Pues no.
No teníamos calor nunca. Porque en la edad de niños no se
sienten los años ni el calor. Y yo diría que ni el frío. Por eso estábamos casi
todo el día en la calle.
En verano nos íbamos al río, que por cierto nunca se
quedó seco. Siempre corría agua y las mujeres iban a lavar la ropa con su
canasta y su tabla de lavar. Mientras los niños nos entreteníamos como
podíamos.
En el agua haciendo pequeñas balsas con piedras y tierra que después
abríamos para ver como bajaba el agua en tromba. Buscando pequeños bichos en el
agua. Y lo que es peor, tirando piedras a la parte baja del puente que era de
madera y que teníamos que correr para que no nos cayera encima. Alguna que otra
al regreso nos hizo un tolano.
Cuaderno de la década de los 50 |
Lo peor era la tarde cuando nuestras madres después del
almuerzo, echaban las moscas a la calle utilizando el delantal o cualquier otro
trapo y cerraban las puertas y ventanas. Era el momento de pintar, escribir,
leer y así había que aguantar hasta la caída de la tarde que cuando se iba el
sol se abría todo para refrescar la casa.
Por las mañanas se echaban las cabras y los cerdos a la calle al toque de un cuerno o una trompeta.
Contraportada de las libretas donde se insertaba la tabla completa de las cuatro reglas. |
No había TV. La radio o emisoras de radio, que habían
iniciado sus emisiones a las doce, cerraban una vez terminado el diario hablado
de Radio Nacional (el parte como se conocía). Y no abrían más sus emisiones
hasta las seis o las siete de la tarde. Ya a finales de los sesenta La Voz ce
Granada de la cadena de emisoras sindicales se inventó los “discos dedicados”;
que si bien en días normales no pasaban de media hora, en festividades como San
José, La Virgen del Carmen y otras festividades duraban dos y tres horas.
¿Quién no se acuerda de aquellas canciones de Antonio Molina, Joselito, Manolo
Escobar o la Paquera de Jerez? por poner un ejemplo. Y las dedicatorias: para
Mari de su novio que mucho la quiere, para Pepe de su novia deseando que
termine pronto el servicio militar y para José de su esposa en el día de su
santo. Y lo que más me impactaba a mí, era aquella dedicatoria que decía: “para
fulanito de tal que lo han operado, deseando que se recupere pronto”. Anda que
fulanito estaba como para oír la radio; en un hospital, recién operado, sin
transistores ni aparatos de radio. Luego cuando volvía al pueblo ya recuperado
le decían: “te dedicamos un disco el día de tu santo. ¿Sí? Qué bien.
Siega |
Trilla |
guardia en la era por varios motivos: Para que nadie se apropiara del grano y especialmente esperando el momento oportuno para aventar cuando el aire estaba en su mejor momento. Después había que llevar el grano a las trojes y la paja al pajar utilizando en la mayoría de los casos, -cuando había-, las piqueras. Los niños aprovechábamos la trilla para pasearnos. Y de paso, darle un descanso al dueño para que se fumara un cigarro, bebiera agua o recogiera la era, que de darle vueltas con la trilla se esparcía fuera de su cauce.