lunes, 10 de octubre de 2016

CUANDO ESTEMOS VIEJOS

Cuando estemos viejos y se nos achique el paisaje en los ojos
y el sol de invierno se nos ponga flojo y nos golpee la cara el espejo;
cuando estemos viejos y tiemblen mis manos al tomar las tuyas
y nos falle el llanto, la risa y la bulla de nuestros diablillos que ya estarán lejos.

Cuando estemos viejos, cuando estemos solos, cuando no haya nada y nos duela todo;
cuando solo exista la casa vacía y anden en silencio tu sombra y la mía;
¡nos querremos tanto! que nuestro cariño llenará la ausencia de los hijos y de los nietos.

Cuando estemos viejos, yo te lo prometo, Eli.
Serán nuestros años plenos de dulzura.
Serán nuestras horas llenas de poesía,  andaremos juntos, viejitos inquietos;
las cuatro estaciones de un mundo de hijos, de un mundo de nietos.
Y verás mi vida, que miente el espejo. Que no somos viejos.
Pues seremos como novios aún cuando...estemos viejos.

Y tendremos tiempo de volver a recordar,
cuando iniciamos nuestro recorrido en busca de la felicidad.
Cuando por aquella década de los sesenta del siglo XX,
buscábamos querernos y nos hicimos novios.

Paseos por el camino de Purchil, por la Alhambra, la Silla de Moro y el llano de la Perdiz.
Y nos decíamos tantas cosas.
Unas no se han cumplido; otras si.

Paseos en nuestro seiscientos.
Por los pueblos, a la playa, a la Alhambra y Albaycín.

Cuando buscábamos piso para hacer nuestro nido donde tener y cuidar nuestros hijos.
¿Cuántos hijos?, ¿cuántos nietos? No lo sabíamos. 
Ni lo sabemos ahora cuando ya vamos p'a viejos.

Vivimos el día a día. Vivimos y nos cuidamos como lo haremos cuando estemos viejos.
Lo mismo aquí como en la casilla que nos hicimos en el pueblo,
para cuando estemos viejos.
Pasan las horas. Pasan los días y a veces pensamos ¿qué será cuando estemos viejos?

Mientras tanto esperamos que vengan los hijos, que vengan los nietos.
Que nos pidan "cuquis". Que nos pidan monedas de chocolate. 
Y que derramen por el suelo todos los juguetes,
que cuando se van recogemos, hasta que seamos viejos.

¿Qué será de nosotros cuando estemos viejos?
Y por esta casa ya no vengan los hijos, ya no vengan los nietos.
Volveremos a ser como cuando éramos novios y no teníamos hijos ni teníamos nietos.

Pero éramos y somos felices y seguiremos queriéndonos.
Seguiremos recordando cuando éramos novios.
Y seguiremos pensando "cuando estemos viejos".













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