34 años, 5 meses y 20
días han tenido que transcurrir para llegar a este momento. Ese ha sido el
tiempo que he permanecido en Educación.
Y en total, 45 años y un mes
Para llegar al
28 de Junio de 2008, en el que me encuentro rodeado de afecto y cariño, ha sido
preciso primero que naciera un 28 de Junio de 1943 a las 10 de la mañana,
dos horas después que mi hermana melliza que falleció con 16 meses.
Y pasar otras
etapas de mi vida que en tres líneas se pueden resumir:
- Los primeros
años los pasé en la escuela de mi Benalúa de las Villas pasando después dos
años en Campotéjar y unos cuantos más hasta los 16 en Montillana
- Ingresar y
permanecer varios periodos de tiempo en distintas Congregaciones
Religiosas tratando de adquirir una cultura más alta de la que se me podía
ofrecer en las escuelas.
- Y una, yo diría
vocación religiosa, que hizo que diera tumbos de un lado para otro
esperando una ayuda que no llegó para costear mis estudios.
Así
que cumplidos los dieciséis años, comencé a desarrollar otras de mis
inquietudes que era la de panadero. Y de esa manera el 8 de diciembre de 1959
viajé con el párroco de entonces en su vespa hacia Granada y el 9 de Diciembre
ya estaba yo trabajando de panadero con la familia Martínez-Ontiveros,
repartiendo en bicicleta, con carrillos empujados, con triciclos y a pié. Al
tiempo que aprovechaba cualquier ausencia de la plantilla para agarrarme a
trabajar dentro de la panadería (por la tarde y muchas veces por la noche). Ese
duro trabajo, pero al mismo tiempo deseado por mí, puedo decir que me hizo
mucho bien y saber valorar lo que después vendría.
Cambia
mi vida en Abril de 1963 cuando de la mano de Don Antonio Gallego Morell entro
de “botones” (con traje y gorra de plato) a la Casa de los Tiros. Allí desarrollé y me
desarrollé. Porque muy pronto tuve la suerte de conocer a quien fue mi ángel de
la guarda Don Julio Romero Barbosa, quien me convenció de que yo podía ser algo
más que un ordenanza, podría llegar a
ser Funcionario del Estado. Poco después lo relevé como auxiliar administrativo
en la Oficina
de Turismo de la Casa
de los Tiros. El primer paso fue solicitar tomar parte en unas oposiciones de
las quedamos excluidos por falta de un documento; pero no nos quedamos
sentados, sino que a sabiendas de que debía elaborarse el documento en el
M.I.T. el mismo día que finalizaba el plazo cogimos mi vespa a las 6 de la
mañana y nos plantamos en la
Castellana , sede del Ministerio. Previamente Julio había
conseguido a través de unos compañeros, que este documento se preparara y
firmara y así antes de las 2 de la tarde teníamos cada uno nuestro documento.
Nos fuimos a comer y a las 5 en punto que abrían el registro estábamos en la Calle Velázquez , sede en
aquellos tiempos de la
Presidencia del Gobierno, presentando la documentación. Diez
días después supimos que estábamos admitidos y a la siguiente semana (todo esto
un mes de junio), volvíamos a coger la vespa y nos plantamos en Madrid un
viernes para realizar el primer ejercicio el sábado, en la Escuela de Ingenieros
Técnicos Industriales junto a los nuevos
ministerios. ¿Para qué os voy a contar lo que yo sentí por mi cuerpo cuando vi
reunidas en un mismo edificio algo más de 5.000 personas para realizar el
ejercicio durante la mañana del sábado? Desde luego nervios no, porque yo en
realidad iba a ver de qué se trataba, es decir, probar. Pero la sorpresa vino
en los primeros días de Julio cuando aparecieron los resultados y los dos
habíamos aprobado y este ejercicio era eliminatorio, por lo que podría servir
para otra convocatoria en caso de suspender. Unos días después en Sevilla para
el segundo ejercicio. De nuevo la vespa y a Sevilla. Aquello ya era otro
cantar. No había visto un tema y el primer ejercicio en Sevilla era oral ante
un tribunal compuesto de 8 personas. La primera pregunta naturalmente la
resolví porque se trataba de explicar el trabajo que realizábamos y la
composición del Departamento ministerial donde trabajábamos. Pero cuando uno de
los miembros lanzó la segunda, nada más pronunciar las palabras “administración
periférica”: que explicara que era. Me bebí el vaso de agua y dije que me iba.
De nada sirvió que me aconsejaran seguir, puesto que lo tenía claro y así se lo
hice constar al tribunal que no había visto ni un tema. Así que mi suspenso
estaba asegurado, no así mi amigo Julio con experiencia en el Ministerio en
Madrid que aprobó.
Copiando
a máquina las leyes fundamentales, las disposiciones de composición de los
distintos ministerios y organismo autónomos, etc. etc., preparé en tres meses
mis propios temas y metí la cabeza debajo de aquellos folios (que todavía
conservo), me propuse que la siguiente convocatoria era la mía. Mal momento
porque acababa de comenzar las relaciones con mi novia y ya todos sabemos lo
duro que es ese momento para alternar primeros años de noviazgo (deshojando la
margarita si me quiere, si no me quiere, etc.) y estudio. Pero ella me ayudó
mucho y muchas de nuestras conversaciones e incluso ratos en la terraza de las
Titas y otros bares era preguntándome los temas. Así que en Junio del siguiente
año de nuevo ante el mismo tribunal en Sevilla. Nada más verme, recuerdo que
uno de los miembros me dijo: Este año no se retirará? Y quizás demasiado confiado, no se me ocurrió
contestarle que: “NO, ESTE AÑO APRUEBO”. Y aprobé ese ejercicio y el último que
era mecanografía, esto lo tenía asegurado, pues ya llevaba varios años además
del trabajo de la oficina trabajando por las tardes en distintas Notarías con
lo que mi velocidad en mecanografía era bastante aceptable, para asegurar ese
ejercicio. Pero tampoco andaba yo muy sobrado, ya que de 300 plazas yo llevaba
el número 292, así que no podía
descuidarme porque corría el peligro de caerme de la lista. Pero para eso
teníamos un mes en la
Universidad de Alcalá de Henares de prácticas que puntuaba,
donde llegué a subir nota y situarme en el número 115 de la
X Promoción de Funcionarios del Cuerpo
General Auxiliar de la Administración
Civil del Estado.
MI
primer destino el mismo que tenía, pero ya con más funciones: Alternaba la
entrada y salida de correspondencia llegada de todas las partes del mundo, con
otras actividades en la Delegación
Provincial , donde llegué a ocupar puestos de responsabilidad
en Prensa e Imprenta, Restaurantes bares y cafeterías al tiempo que llevaba
todo el control y bastantes trabajos de elaboración en folletos, trípticos y
otra propaganda turística. No voy a entrar en detalle pero formé parte del
Centro de Iniciativas Turísticas de Granada y Sierra Nevada, ejerciendo el
cargo de Secretario en asambleas y reuniones. Recibí periodistas, televisiones,
e incluso cargos importantes como al propio embajador de los EE. UU. en el
aeródromo de Armilla al encontrarse vacante este el puesto de Jefe de la Oficina durante nueve
meses y al ser el único funcionario en la Oficina de Turismo. Todo esto no me sirvió de
enorgullecimiento sino todo lo contrario, de aprender a ser responsable en lo
que me esperaba en mi vida administrativa.
Mi
boda en Septiembre de 1973 y el horario que tenía que cumplir (de 3 a 6 de la mañana además del
horario normal de oficina y la visita al teletipo diariamente a las 9 de la
noche), hizo que me planteara el cambio y en el concurso de traslados de
Octubre de 1973 solicité traslado a Educación, no sin antes asegurarme una
“prolongación de jornada” que había vacante porque económicamente yo perdía casi
la mitad de mi sueldo que cobrar por el servicio de prensa y teletipo. 10 años, 7 meses y 7 días en Turismo. Porque
en el BOE del 5 de Enero de 1974 (viernes) salía con plaza en Educación, y el
lunes día 8 a
las 9 de la mañana estaba tomando posesión de mi cargo.
34 años, 5 meses y 20
días han tenido que transcurrir para llegar
a este momento. Ese ha sido el tiempo que he permanecido en Educación.
Puedo
decir que desde el primer día me pegué a títulos y así he estado durante todo tiempo.
Si bien compaginé unos meses en personal, otros en la Inspección de Enseñanza
Media, pero los últimos CERTIFICADOS DE ESTUDIOS PRIMARIOS los hice yo, unos a
máquina de escribir tradicional Hispano Olivetti, pero con un tipo de letra
especial, y los primeros títulos de la
Ley General de Educación (Graduados
Escolares, Bachiller, Formación Profesional, etc.) Por cierto que de esta Ley,
comencé los primeros y terminé los últimos. Para ello utilicé además de la
máquina de escribir antes mencionada, el equipo Philips P-351 con 96 caracteres
de memoria, programable con tarjetas perforadas, y periférico de cinta de papel
perforada que se enviaba al MEC para tratamiento de datos de Becas, Contratos,
Estadísticas, etc.)
Realicé
dos cursos completos en el Centro de Calculo de la Universidad de Granada
de Programador de Aplicaciones Científicas y Programador de Aplicaciones de
Gestión, además otros curso en el Centro de Proceso de Datos del MEC y en el
Ministerio de Comercio en Madrid. En 1976 viajé a Valladolid a conocer en la Delegación de Educación
y en la Fasa-Renault
los primeros equipos que darían paso a la informática. Era un Uniscope 100
desde donde imprimí las primeras nóminas que me traje de muestra. Toda una
revolución. Y en ese mismo año en colaboración con el compañero Paco González
Arcas q.e.p.d., mecanicé todas las solicitudes de interinidades (unas 6.000),
consiguiendo que al día siguiente de la fecha de recepción de solicitudes,
aparecieran los listados alfabéticos y por orden de puntuación, utilizando el
equipo del Centro de Cálculo de la Universidad y trabajando durante toda la noche
para sacar estos listados.
Pero
lo mío eran los títulos y desde 1978 con el traslado desde la ubicación en la Facultad de Derecho hasta
el nuevo edificio en Duquesa, me dediqué a Títulos. Pero simultaneando otras
tareas como convalidaciones de estudios extranjeros, equivalencias, Fundaciones
y otras tareas que se me encomendaban y que sería muy largo de reseñar. Pero
vuelvo a repetir que lo mío eran los títulos. Y así desde 1974 primer curso en
experimentación del Graduado Escolar consolidado en 1975, utilizando el equipo
Philips antes mencionado, conseguí que en 1981, los títulos se entregaran a los
centros en un plazo máximo de tres meses, y en ocasiones en el mismo día en que
entraba la propuesta se imprimieron, se firmaron y se entregaron al Director
mientras hacía otras gestiones en la Delegación.
Pero
no duró mucho aquella “alegría” (entre comillas). Un Decreto de 18 de junio de
1982 paralizaba por completo este sistema para centralizar la expedición de los
títulos en el Ministerio, por el traslado de competencias quedando excluidos
los títulos. Así que tuvimos “emigrar” y ubicarnos en la Calle Ganivet. El
“parón” duró casi tres años. Hasta abril de 1985 no comenzaron a recibirse títulos
por el nuevo sistema. (Haciendo cuentas, unos 23.000 títulos anuales en
aquellas fechas en tres años hicieron un montante de algo más de 60.000 títulos
retrasados. Cuando de nuevo todo en marcha un nuevo parón en 1989. Se suprime la Oficina de Educación y
pasan los títulos a la
Delegación y yo con ellos. Pero el trámite de mi traslado
tardó cuatro meses tiempo en que se manejaron al antojo de unos funcionarios no
preparados para ello, lo que motivó que fuese a peor y el montante llegó de
nuevo a dos años de retraso por la falta de medios (ordenadores) para el nuevo
programa. Desde 1990 a
1995, todo un caos y retraso. Y al mismo tiempo un nuevo cambio de ubicación,
en este caso a la calle Arteaga, lo que motivó más retraso todavía porque la
línea no llegaba correctamente hasta allí. Yo daba vueltas a la cabeza porque
no podía tolerar esos retrasos y le hice una propuesta al entonces Jefe del
Servicio (Raimundo Fornieles) en el año 1995 que estábamos en Arteaga, ¿lo
recuerdas verdad?. Hablé con una antigua compañera del Ministerio en el CPD.
para que me mecanizara parte del retraso. Me dijo que sí, pero que hasta
finales de año no enviara nada que no podrían mecanizarlos. Era el mes de
Junio. Pero me busqué un truco. Pedí permiso a Raimundo, cargué 7 cajas de
propuestas en mi coche y me fui al Ministerio (ya no podía viajar a Madrid
porque estaban las competencias transferidas, pero nos las arreglamos para
poner viaje a Sevilla). Y de esta manera, antes de las 8 de la mañana de un día
de Junio de 1995, estaba yo en la calle Vitrubio subiendo las cajas al despacho
de la Jefe de
Mecanización (Marta Vaquero para más señas). Cuando volví de sacar el coche y
aparcarlo fuera, la Jefa
(para más señas,) me saludó y empezamos a hablar del tema reiterándome que en
Octubre las enviara. Entonces le hice que volviera la cara detrás de la puerta
donde tenía las 7 cajas que lo hiciera cuando pudiera. Para Octubre ya estaban
32.000 títulos expedidos y enviados a sus centros. Además de los que habíamos
ido mecanizando aquí en Granada.
Comenzaban
paralelamente en 1996 los títulos de la LOGSE en otro sistema. Mientras las ultimas
pruebas libres de Graduado Escolar nos invadían, llegando en la Convocatoria de Junio
de 2002 a
matricular a más de 5.500 alumnos, aprobando 5.233 a los que se les
expidió un certificado provisional y se le envió a su domicilio antes de quince
días desde el día del examen. En menos
de un mes se mecanizaron y a los tres meses de haber finalizado las pruebas ya
estaban enviándose las 3.233 cartas a los interesados para que recogiesen su
título. Fue una satisfacción que compartí con Antonio Gómez y Manolo Zurita.
Pero
la felicidad duraría poco, el programa en MSDOS de mecanización de títulos
LOGSE daba problemas y se perdían datos, al tiempo que los centros no acertaban
a su manejo, especialmente a la impresión de las propuestas al no controlar el
programa las distintas impresoras que día a día iban saliendo al mercado.
Viajes a distintos centros de Granada y provincia para instalar y enseñar al
personal a manejar el programa y así a trancas y barrancas, con más o menos
retraso llegamos a 2004 cuando un problema personal, del que no quiero hablar,
hizo que llegara a mí el peor momento en mis años de funcionario. Esto
indudablemente repercutió en el funcionamiento y en el trámite de los títulos.
En 2007 todo volvió a su cauce y hoy, con un nuevo cambio de programa a Séneca,
los títulos puedo decir que quedan al día. Tanto los 100.000 que se han
procesado en MSDOS como los aproximadamente 3000 que hay hoy en Séneca
esperando que Sevilla de el paso definitivo para aceptar este sistema. Y ya que
estoy en cifras, decir que de la Ley General
de Educación he procesado en total un número aproximado de
SATISFECHO
DEL TRABAJO REALIZADO. NO DEL TODO. Siempre se puede hacer más y mejor.
SATISFECHO
DE MIS 34 AÑOS, 5 MESES Y 20 DÍAS EN EDUCACIÓN. SÍ. Y volvería a repetir.
Para
terminar deciros que se ha cumplido lo que me prometí cuando conocí a mi mujer:
DEBÍA SER FELIZ EN MI CASA Y EN MI TRABAJO. Si en alguno de estos sitios no
conseguía la felicidad seguro que fracasaría en el otro y para conseguir esto,
tuve incluso que abandonar los estudios de Derecho porque alteraban mi relación
trabajo-familia
Que
los amigos van pasando, los compañeros van pasando, al final lo que queda es TU
TRABAJO Y TU FAMILIA. Lo he conseguido. He sido muy feliz con mi trabajo y he
sido y seguiré siendo si D.q., feliz con mi familia.
Hoy
aquí rodeado de mi mujer, de mis hijos mis nueras, mi nieto, mis jefes y mis
compañeros y compañeras, es un día muy grande para mí, porque puedo decir que
quizás haya batido un record de permanencia en el mismo puesto de trabajo. Que
he hecho amigos y que estoy muy satisfecho del compañerismo, tanto del que ha
pasado como del presente en Educación.
He
procurado siempre atender lo mejor posible al que se ha acercado a mí. He
procurado resolver el problema, cuando no lo sabía acudía a fuentes del MEC, o
de compañeros de otras provincias, incluso de la Universidad de
Granada. Si eso ha sido con el público, mucho más lo ha sido con mis
compañeros/as. Creo que nadie puede decir que se haya acercado a “TÍTULOS” y yo,
no me haya desvivido por atender y resolverle el problema. Otra cosa es que a
veces no ha sido posible pero la atención y la información siempre he tenido a
honra practicarlo con todos y todas.
Ahora a partir del lunes día 30, entraré un
poco más triste a esta casa con el carné de VISITANTE, exhibiendo mi DNI al
pasar por el control como un ciudadano más. Pero no dejaré de visitaros. Y
sabed que me tenéis a vuestra disposición los años de la tercera etapa de mi
vida que ahora comienza.
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